Blog Infidelidad en la Adolescencia
Universidad Nacional Autónoma de México
Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente
CAPITULO 3 ASPECTOS SOCIALES DE LA INFIDELIDAD EN EL NOVIAZGO DEL ADOLESCENTE
“Aunque en algunas sociedades la acentuación de la igualdad social entre los sexos está borrando la diferencia de sus actuaciones sexuales, aún nos encontramos con códigos amorosos femeninos y masculinos.”
La infidelidad como tal, es un concepto que varía de una cultura a otra y de la misma manera se presentan variables de una familia a otra, dependiendo de los valores con los que crecieron, lo que observan en casa y la percepción personal de cada individuo. En general se podría decir que la infidelidad es una relación sexual y/o afectiva de una persona con otra que no es la que solamente se considera como su pareja, es decir que es alguien que no está considerado como su pareja “oficial”.[1]
3.1- PUNTOS DE VISTA DEL FEMINISMO EN EL NOVIAZGO ADOLESCENTE
“Los hombres son como los músicos: entran, tocan y se van.”
El movimiento feminismo que en un inicio surgió como respuesta a los grandes abusos sufridos y que en muchos de los casos eran desenfrenados e ilimitados. De este modo, se podría justificar como un contrapeso a las actitudes que en la historia de la humanidad ha tenido el hombre. Sin embargo, con esta corriente las mujeres empiezan a exigir algo más que igualdad e inicia una lucha sobre todo por la libertad sexual, aprovechando la comercialización de las píldoras anticonceptivas y posteriormente la interrupción legal del embarazo.
Con todo esto, la infidelidad femenina se incrementa de manera importante.
Actualmente, el feminismo se entiende como una posición igualmente radical en la que las mujeres se consideran superiores a los hombres y por tanto, este enfoque también resulta intolerante y poco constructivo. Muchas veces hemos observado que entre las parejas existe una competencia en lugar del apoyo mutuo que deberían mostrarse. Esto por supuesto no contribuye en la integración de los individuos, sino a verse como rivales, intentando siempre superar al otro y actuando dentro de una lucha de poderes en lugar de sumar sus cualidades. Lamentablemente los estereotipos inculcados en nuestra sociedad, más que ayudarnos a crear una ideología adecuada que armonice nuestras vidas, nos muestran una imagen distorsionada del ejemplo que debe seguirse.
Pareciera que lo que se busca en el fondo es aniquilar las relaciones de pareja a través de la rivalidad de sexos. A un lado a esto, las relaciones modernas se encuentran sumergidas en un ritmo de vida descomunalmente acelerado y bombardeado por un entorno meramente materialista separado totalmente de valores y principios, forjando cada vez más individuos vacíos que en una creciente mayoría también se encuentran desconcertados y desorientados sobre el rol y significado de sus vidas.
La infidelidad es un concepto social abstracto, sexuado y lleno de estereotipos, miedos, dudas y encantos. Aun cuando cada persona y cada pareja delinean los parámetros que enmarcan conductas que son permitidas o desaprobadas en las relaciones, la idea de permisión está fielmente ligada al sexo de las personas.[2]
Para algunas y algunos la fidelidad se rompe con mensajes o coqueteos a través de las redes sociales, por intercambio de mensajes de celular, a través de cartas, aun cuando este tipo de contacto no implique demostraciones de cariño físicas o sexuales; para otras u otros la infidelidad se presenta únicamente cuando hay contacto físico con otras personas, relaciones sexuales, besos, caricias; y algunas más creen que las personas son infieles al imaginarse con alguien que no sea su pareja. Dentro de estas realidades, existe una colectividad, que gracias a la permanencia de estereotipos, creencias, religiones misóginas y del machismo, considera que las mujeres debemos ser más penalizadas si rompemos ese voto de exclusividad.
Creencias e ideas que han permeado el mundo de las leyes, y bajo el concepto de “naturaleza” se ha permitido solapar crímenes contra las mujeres que deciden extender sus deseos, pasiones, intereses, como cualquier varón lo hace.
Las mujeres infieles han sido cruelmente desprestigiadas, señaladas, las heroínas infieles de la literatura como Madame Bovary o Anna Karenina, han sufrido crueles castigos. Incluso en las historias contemporáneas, si las mujeres desarrollan una sexualidad abierta son castigadas, como en el caso de la telenovela "Mirada de Mujer", que en principio se dijo que rompía estereotipos sexuales, aunque al final Paulina, el personaje de Margarita Gralia, terminó infectada con VIH- Sida.
Cuando una mujer es infiel al marido, no es nada raro que se le denigre públicamente y a veces, hasta se le armen historias desde una deteriorada salud mental llena de prejuicios y mentalidades cerradas que se dan tiempo de describir la personalidad de alguien a quien ni conocen.
Si los hombres de alguna manera son cuidadosos para sostener una infidelidad, las mujeres tienen más habilidad para no ser descubiertas, pero su capacidad de expresar la sensibilidad o emociones como la culpa o miedo, es más visible, sobre todo cuando la represión ha sido parte de sus vidas en una relación sentimental donde son ignoradas, olvidadas, abandonadas por un hombre que no se comunica, que no las mira, que no es atento, que no considera a su pareja una persona humana con necesidades propias e individuales.
“A nosotras se nos señala por hacer algo deshonroso, lo peor que puede hacer una mujer para echar a perder su vida es ser infiel”.
Cabe destacar dentro de este punto de vista de las feministas, no se refieren a que odien a los hombres simplemente buscan dejar de ser tachadas por la sociedad si ellas llegan a realizar la misma acción que los hombres, quieren lograr entender porque es tan común y normal ante la sociedad la infidelidad en un hombre pero en una mujer no.
3.2 PUNTOS DE VISTA DEL HEMBRISMO EN LA INFIDELIDAD.
Una vez revisado el punto de vista del machismo hacia la infidelidad, es el turno de pasar a otra ideología muy similar pero esta vez adoptada por las mujeres, la cual si bien tiene algunos aspectos en común con el machismo se diferencia lo suficiente para ser tomado en cuenta como un punto de vista totalmente diferente, estando lejos de ser solo la su contraparte femenina.
A continuación realizaremos un análisis comparativo entre estas dos ideologías, para determinar que tanto influyen en la infidelidad en nuestra sociedad.
Primero que nada debemos tener muy en claro de que se trata el “hembrismo”, también conocido con el nombre de “misandria”, se trata de la actitud de desprecio hacia los hombres, El término se ha ido popularizando y ha sido definido como autoritarismo contra los varones, sesgos de género que perjudican a los varones en acciones u opiniones, o al uso interesado de la respetabilidad política ganada por el feminismo antiguo (identificado con la igualdad de derechos) para adelantar un ideario represivo contra los hombres. La palabra ha sido construida en analogía a la palabra machismo.
El hembrismo en el siglo XXI se destaca por estar en mayor parte disfrazado de feminismo en un sin número de en grupos o hasta organizaciones que buscan la igualdad de género, más sin embargo, estos objetivos terminan yendo más lejos hasta el punto de generar un odio hacia el género masculino, que desemboca en ataques violentos e ideológicos hacia varios aspectos de la vida cotidiana y la cultura en general que se asocia al ascenso de la perspectiva de género y al feminismo radical, y que difunde la idea de que el varón es privilegiado y domina todas las esferas sociales para de este modo justificar que este sea “discriminado” por el creciente poder del feminismo institucional.
Para otros, en especial desde la postura feminista, el uso del término hembrismo habría aparecido por el miedo de ciertos varones a perder los “privilegios “que obtienen por el sistema patriarcal en vez de por una misandria institucionalizada.
Si bien a simple vista parece la contraparte femenina del machismo existen muchas diferencias que hasta cierto punto dejan muy en claro que se trata de un movimiento ideológico relativamente nuevo, entre estas se encuentran el completo repudio hacia el sexo contrario, pues descartando algunas excepciones el hembrismo en su mayoría se presenta en mujeres atraídas por el mismo sexo, pertenecientes al grupo LGBT, movimiento que ha sido muy apoyado por los grupos feministas en años más recientes, y por esto mismo hay un completo aislamiento y odio a todo aquello que se encuentre relacionado con el hombre, cosa que varía mucho si nos ponemos a hablar de lo que la sociedad entiende por machismo. [3]
Pues este incluso destaca por verse practicado dentro de una pareja heterosexual en el más común de los casos, presentada en varias formas, ya sea en agresiones físicas, verbales, psicológicas. Sin embargo, ¿esto significa que la infidelidad no puede verse involucrada en el hembrismo?
Pues no necesariamente, pues el término de machismo no se refiere a que se odie a la mujer, pues este se refiere más a las prácticas sociales y creencias destinadas a promover la negación de la mujer como sujeto indiferentemente de la cultura, tradición, folclore o contexto.
Pese a que no podemos utilizar un término similar que englobe el panorama completo de lo que es el machismo, hemos decidido usar la ideología de la misandria para analizar su postura frente a la infidelidad (que es básicamente la que más se acerca al contexto) y con esto no queremos decir que no existan estos casos, más bien esto no puede verse reflejado en nuestra sociedad, ya que el machismo nació bajo un cierto contexto social desde hace siglos, pues como ya se sabe estas ideologías fueron derivando de las prácticas primitivas de división del trabajo en las poblaciones humanas. Hasta la fecha no podemos encontrar un caso de una contraparte femenina al machismo como tal, pues se necesitaría de una sociedad completamente diferente a lo que hayamos visto antes.
La opinión de la postura machista sobre la infidelidad llega a ser muy diferente a la opinión de la postura hembrista, pues al menos dentro de nuestra sociedad podemos encontrar vestigios de una cultura que para ciertos sectores podría parecer especialmente deplorables, pues esta muchas veces puede llegar a ser adoptada para reafirmar la masculinidad de un individuo. Como ya sabemos la principal ideología en la que se asentó gran parte de las comunidades rurales del país se ha basado en un modelo de división de trabajos que puede parecer retrograda o hasta primitivo para el modelo igualitario que se busca obtener en este pleno siglo XXI.[4]
Por otro lado, el hembrismo en México si bien ya se encontraba presente en nuestra sociedad en mucha menor medida, no llego a su punto más alto hasta que se dio el aguje de las nuevas tecnologías, que básicamente fueron una gran herramienta para influenciar a los movimientos ideológicos de la nueva era, siendo este muchas veces producto de un feminismo extremista que se presenta por un repudio hacia el sexo masculino, lo cual se vio creciendo exponencialmente por el gran contraste cultural que representan las ideas con las que nosotros los mexicanos (inclusive hasta nuestros tiempos) seguimos practicando con las ideas de igualdad que son cada vez más moralmente aceptadas en los países más desarrollados.
Refiriéndonos al machismo y al hermbrismo bajo estos contextos podemos hacer una comparación más clara sobre la postura de estas ideologías sobre la infidelidad. Hablando del machismo dejamos muy claro que está en la mayoría de los casos defiende la infidelidad, puesto a que es común ver estas prácticas en comunidades influidas por la cultura mexicana de hace apenas unas décadas.
En cuanto al feminismo es un poco más difícil determinar su punto de vista, ya que no los ideales en los que se basa esta ideología son más variados y dependen de muchos factores. A partir de una recopilación de datos encontrados en una investigación a través de foros de discusión y páginas referentes a esta postura hemos encontrado dos grandes ideas vinculadas con la infidelidad:
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La primera es bastante similar a lo que se ve en el machismo, pues la infidelidad se justifica a partir de la idea de que la mujer está por encima del hombre, por lo que tiene la libertad de tener cuantas parejas desee, cosa que queda muy explícita en repetidas ocasiones, llegando a pensar aplicar esta idea a casi cualquier aspecto de su vida cotidiana, no solo a sus relaciones afectivas, aspecto que se encuentra muchísimo más vinculado con la idea más común que se tiene de machismo.
Otro punto de vista hacia la infidelidad es un tanto diferente a este aspecto, más sin embargo la posición es la misma. Esta sostiene que una infidelidad es beneficiosa en una relación, postura que si bien no es exclusiva de la filosofía que estamos analizando, es muy importante resaltar que tiene muchísimo apoyo por parte de esta. Ya que esta se encuentra sustentada por razones un tanto descabelladas y hasta moralmente incorrectas; razones como estar prevenida ante una posible infidelidad por parte de la otra persona, mantener el interés de tu pareja, mejorar sus experiencias sexuales, apreciar tu relación teniendo “aventuras” con gente que te haga ver lo bueno en tu pareja, o inclusive creen que los hombres en secreto quieren ser engañados.[5]
3.3- PUNTOS DE VISTA DEL MACHISMO EN EL NOVIAZGO ADOLESCENTE
“Las mujeres son en esencia, objetos estéticamente agradables”
Normalmente las relaciones de pareja se quebrantan cuando alguno de los dos o los dos involucrados, se colocan en una posición extrema en cuanto a su visión de los hechos, pues las actitudes radicales siempre resultan intolerantes y extremistas y no brindan la oportunidad de encontrar el justo medio de las cosas para resolver las diferencias.
El llamado ‘machismo’ representa una posición exagerada del hombre en cuanto a su masculinidad, identificada normalmente con una actitud violenta, irresponsable, descortés y desconsiderada. Así mismo, esta postura promueve la infidelidad pues se cree correcto que un hombre tenga varias mujeres, e incluso que mientras más mujeres se tienen, más “hombre” se resulta ser.
Sin embargo, sabemos que el machismo es producto de una mala educación generacional, en la que se fomenta el desprecio y la violencia principalmente en contra de la mujer por considerarla el “sexo débil”.
El machismo se señala como una de las causas de la infidelidad debido a que un hombre machista por el simple hecho de sentirse muy macho busca aventuras fuera de la relación, sin importar que tan buena novia tenga, es una acción propia de su ego.
El machista también suele ser egoísta y le gusta tener bajo sus dominios una mujer sumisa que aguante sus berrinches y exigencias pero a la hora del placer busca a otra por el simple hecho de no de no pedirle a su pareja lo mismo que le pide a las desconocidas.
El hombre machista es infiel pero también atrae la infidelidad de su pareja ya que es incapaz de tener una buena comunicación con su pareja, y la falta de comunicación es una de las causas principales de la infidelidad y los conflictos en la pareja, es por eso que la mujer de un hombre machista tiene muchos traumas también, esta llega al punto de temerle ya que muchos son agresivos e incluso llegan a la agresión física.
“Ese día estaban dos novias de él que tenían el mismo nombre pero diferentes apellidos, también estaba Brenda y una prepago que se llamaba Consuelo. Tenía en la misma casa, en la misma fiesta, y en la misma noche, cuatro mujeres”.
La conducta machista de muchos hombres y mujeres, jamás acepta responsabilidad de sus acciones y mucho menos tiene carácter o rara vez lo tiene, para “pedir disculpas”, la persona machista asume que es “merecedor de todo y por encima de quien sea” y no le interesa responder ante esos errores que dañan a otras personas, a veces llegando a que su sensibilidad puede dejar de ser humana y parecerse al de una bestia. El dolor de otra persona le es indiferente, la sensibilidad de una mujer no le importa y está acostumbrado a ignorarla porque asume que son débiles e inferiores a él, un cero a la izquierda y por tanto manipulables y fáciles de engañar o disponibles a su servicio. Es lo que creen en su mentalidad discriminadora y sexista.[7]
Cuando un hombre es infiel en una relación sentimental, es común que antes de buscar esa relación con otra persona, no comuniquen sus malestares con la pareja que tienen así lleven años juntos o se conozcan mucho, le huyen al diálogo y la discusión porque están acostumbrados a esconderse cuando se trata de enfrentar cambios personales o a transformar sus relaciones nada parejas, a reprimirse para aparentar “valentía” y solo muestran dureza emocional, es común que no sean decididos y honestos para decir de frente lo que están haciendo a escondidas, es una muestra de que no son capaces de enfrentar con carácter a una mujer porque le tienen miedo a lo que puede hacer o decirle en su cara, ante su acción desleal y violenta.
La infidelidad también se genera por la ignorancia que existe entre aquellas mujeres que no conocen su propio cuerpo “Nosotros como varones tenemos “genitales externos, nos vemos y sabemos cómo son, el de las damas es interno y no se miran, no se conocen, entonces si no se comprenden ¿cómo pueden decirle a su pareja qué les gusta? esto haría que la vida del hombre sea muy rutinaria y busquen, en otro lugar, lo que no tienen.
Referencias:
-
Infidelidad, Gary Shriver, Mona Shriver, Charisma Media, 2010, 287pp.
-
INFIELES: 180 signos reveladores de la infidelidad de la pareja, RAYMOND B. GREEN, Editorial AMAT, 2004, 150pp